domingo, 26 de julio de 2020

LA ADICCIÓN A LA PORNOGRAFÍA


La pornografía se ha convertido en la droga del siglo XXI. Es un negocio para muchos y una adicción para más del 10% de la población. Sus consecuencias son nefastas porque la persona entra en una espiral de degradación de la que encuentra difícil salir. Se cae en este tipo de conductas bien para obtener placer o para afrontar situaciones que nos resultan desagradables como la ansiedad o la frustración.

Es una conducta que puede llegar a ser adictiva debido a la plasticidad del cerebro humano, por la que la repetición de comportamientos (tanto buenos como malos) crea un hábito al establecerse  conexiones entre neuronas en una fase temprana de repetición.

Las consecuencias son la confusión entre afecto y sexo y considerar el placer como criterio primario; la persona se deja llevar por sus instintos en vez de reconducirlos y orientarlos hacia el bien y se despersonaliza la sexualidad. Se busca la excitación sexual y nos alejamos de tener una sexualidad integrada en nuestra vida, que forme parte de la totalidad de la persona, que es cuerpo, psique y espíritu.

Para romper con estos comportamientos es importante desarrollar relaciones que nos permitan amar a otros y servirles y permitir a estas personas que, a su vez, nos amen; integrar la sexualidad en nuestra vida, considerándola un proyecto que abarca a toda la persona, orientándola hacia el bien y conocerse bien a uno mismo, nuestra identidad, pensar en qué somos y qué queremos ser y así actuar para llegar a ser personas con un equilibrio, profundamente enraizadas en la realidad.

martes, 14 de julio de 2020

APRENDER A PERDONAR




En estos días de Navidad que estamos viviendo se hace necesaria la reflexión sobre "aprender a perdonar". Si Dios, a pesar de nuestras infidelidades nos perdona una deuda enorme y nos salva mediante su Hijo, ¿no perdonaremos nosotros una deuda más pequeña a nuestros hermanos?

Este artículo de Jutta Burggraf nos permite reflexionar sobre cómo reaccionamos y las actitudes que nos ayudan a perdonar.

domingo, 12 de julio de 2020

AMOR Y ENAMORAMIENTO: LA FELICIDAD DESDE EL NOVIAZGO


"Dice un autor de la Edad Media que el amor es el regalo esencial y que todo lo demás que se nos da sin merecerlo, se convierte en regalo en virtud del amor.

Amar a alguien es querer su bien. Ya lo dijo Aristóteles. Enamorarse es otra cosa. Decía Ortega y Gasset que el enamoramiento es un impacto emocional que se produce al conocer a una persona y quedar prendado por ella. Pero el enamoramiento no es amor. Es condición necesaria pero no suficiente para el amor.

Cuando un joven quiere saber si ama a su novia tiene necesariamente que hacerse una pregunta: ¿Quiero lo mejor para ella aunque ese bien sea incómodo para mí?, ¿estoy dispuesto a pensar en su bien antes que en el mío? Si la respuesta es afirmativa, entonces sí la ama. Si duda, entonces en su supuesto amor hay una parte importante de egoísmo y de búsqueda de uno mismo. Así también, cuando queremos saber si alguien nos ama, sólo hay que preguntarse si, por encima de todo, esa persona quiere nuestro bien. Cuando en una pareja de novios, uno renuncia a lo que le apetece por el bien del otro, y eso se hace de forma recíproca, la otra persona se convierte en el sentido de nuestra vida. Y entonces, sólo entonces, aparece el compromiso. Uno se enamora, quiera o no quiera, porque el enamoramiento es involuntario. Pero uno sólo ama queriendo. Porque para el amor hace falta un ingrediente que es como una varita mágica que convierte en amor lo que el enamoramiento nos propone. Y esa varita mágica es la voluntad.

No podemos casarnos sólo porque nos hemos enamorado, ya que nos podemos enamorar de cualquiera que nos encontremos. Hemos de hacer, en cada caso un análisis racional sobre la persona objeto de nuestro enamoramiento. Lo más importante es conocerla y descubrir si tenemos afinidades esenciales, esto es, la misma forma de ver la vida en lo profundo. Si tenemos los mismos ideales. Y un carácter compatible.

En una época sentimental como la nuestra, estas ideas pueden sonar contrarias a la corriente dominante. Pero si lo pensamos bien, muchos de los fracasos matrimoniales tienen su origen en una falta de conocimiento del otro, por haber tenido un noviazgo y un matrimonio con un claro déficit de comunicación.

Conocer al otro se hace conversando, con tiempo, con calma, con horas por delante. No he encontrado una forma mejor y más bella para explicarlo que “El Principito” de Saint Exupery. En el capítulo de su encuentro con el zorro, él le propone que sean amigos, y el Principito le pregunta, -“¿Qué es ser amigos?”-,” Ser amigos es crear lazos”- contesta el zorro, y le explica: “El primer día, te sentarás lejos y me mirarás. Después te iras acercando poco a poco hasta que te puedas sentar a mi lado”. El zorro le sienta a su lado cuando se ha ganado su confianza, cuando son amigos. Así es como se inicia una relación sincera, que dura para siempre. Así se inicia también esa forma de amistad privilegiada, que es el matrimonio. Después, en el libro de Saint Exupery, el Principito habla del amor cuando habla de su rosa. Y dice que su rosa es única porque es aquella a la que ha regado, a la que ha cuidado, a la que ha tapado con un biombo y ha protegido de las orugas. Porque es su rosa. Y reconoce que el tiempo que ha “perdido” por su rosa, cuidándola, hace que ella sea tan importante, tan única, como es único nuestro marido, o nuestra mujer, cuando hemos decidido entregarles nuestra vida.

“El amor es confiar las paredes del propio corazón a otro morador”. Lo dice el personaje de Ana en El Taller del Orfebre, obra de teatro de Wojtyla, de gran profundidad.

Hoy tenemos una dificultad añadida para conseguir ese objetivo, que son las pantallas. No es raro entrar en un hogar y encontrar a cada miembro de la familia concentrado en una pantalla distinta. La comunicación requiere cerrar la pantalla, mirarnos a los ojos, y poner nuestra atención completa en el otro, que es lo más importante en ese momento.

Esa actitud y esos hábitos son esenciales desde el noviazgo, que es el momento en el que se empieza a construir el amor. Así, descubriremos si el otro es la persona apropiada para compartir con nosotros el camino de la vida, para formar una familia. Y podremos experimentar el gozo enorme que se produce cuando uno descubre que ya nunca más se sentirá solo, que siempre habrá a nuestro lado alguien que nos ama y que, a pesar de los momentos de dificultad, me ha dado su vida para siempre. Y yo, le he dado la mía".

Artículo de Micaela Menárguez Carreño
Directora del Máster Oficial de Bioética de la UCAM

sábado, 4 de julio de 2020

HABLANDO SE ENTIENDEN LOS PADRES CON LOS HIJOS


La OCDE ha publicado un estudio internacional sobre el bienestar y cómo se sienten los jóvenes acerca de sus vidas  mostrando el impacto positivo que pueden tener cambios tan sencillos como que los padres se tomen tiempo para hablar con sus hijos y comer juntos.

Un número considerable de jóvenes se siente aislado, humillado, como un extraño en la escuela o es agredido físicamente. Esto es importante, porque las escuelas no son solo lugares donde se aprenden materias académicas. Es uno de los primeros lugares donde los niños experimentan la sociedad y el comportamiento de otras personas. Debería ser donde los jóvenes aprendan sobre resiliencia y cooperación.

El estudio muestra que no hay un vínculo entre las largas horas de estudio y la satisfacción de los alumnos. Pero lo que sí parece hacer una diferencia en su bienestar son las relaciones entre estudiantes, maestros y padres.

Una relación negativa con los maestros es una amenaza para el sentido de pertenencia de los alumnos en la escuela. En promedio, en todos los países, los alumnos cuyo maestro está dispuesto a brindar ayuda y que están interesados ​​en su aprendizaje también tienen una probabilidad 1.3 veces mayor de sentir que pertenecen a la escuela.

Los alumnos que sugirieron un tratamiento injusto por parte de los maestros fueron 1.7 veces más propensos a sentirse aislados. Los adolescentes buscan lazos sociales fuertes y valoran la aceptación, el cuidado y el apoyo de los demás. Los adolescentes que sienten que son parte de una comunidad escolar tienen más probabilidades de tener un mejor rendimiento académico y estar más motivados en la escuela.

También hay grandes diferencias entre los países en cuanto al sentido de pertenencia. Alrededor de tres cuartas partes de los alumnos sienten que pertenecen a la escuela, y en algunos de los sistemas educativos considerados como "mejores", incluidos Taiwán, Japón, los Países Bajos, Vietnam, Finlandia, Corea del Sur, Estonia y Singapur, la proporción es aún mayor. Pero en Francia solo es del 41% y puede haber grandes diferencias en algunos países en este sentido de pertenencia para los niños de familias inmigrantes.

La ansiedad debida a los exámenes también puede vincularse a las relaciones con los maestros. Si se considera que los maestros brindan apoyo, es probable que haya menos estrés. Cuando los estudiantes sienten que los maestros no califican sus posibilidades de éxito de manera justa, existe aún más preocupación, ya que el 62% de los estudiantes tienen mucha tensión en los exámenes. Y en todos los países, las niñas presentan mayor ansiedad relacionada con el trabajo escolar que los niños. El temor de cometer errores en un examen hace que disminuya el rendimiento de las chicas.

Otro factor importante en la vida de los jóvenes es el tiempo que pasan en internet. El uso extremo de Internet, más de seis horas por día, tiene un impacto negativo en su bienestar.

Por último, los padres tienen mucha importancia. Los alumnos con altos niveles de satisfacción con la vida suelen tener padres que regularmente pasan tiempo hablando con ellos. Los padres que se sentaron alrededor de la mesa para comer su comida principal con sus hijos y hablaron sobre cómo les iba en la escuela también marcaron m una gran diferencia. "Pasar tiempo simplemente hablando" es la actividad de los padres más frecuentemente asociada con la satisfacción en la vida de los estudiantes.

Los estudiantes cuyos padres les hablaban regularmente iban por delante en ciencias y los resultados son similares para los padres que comen con sus hijos. Aunque esto muestra el poderoso efecto positivo del interés de los padres, para muchos padres, pasar un tiempo hablando con sus hijos es algo raro. A algunos padres les resulta difícil participar en la vida escolar de sus hijos, tal vez debido a horarios de trabajo inflexibles, falta de guardería o incluso barreras del idioma.

Pero las escuelas podrían hacer más para ayudar a los padres a superar estas barreras. Si los padres no pueden dejar el trabajo para asistir a las reuniones escolares, quizá los padres puedan hablar por teléfono o videoconferencia. También podría haber apoyo del gobierno, como incentivos para que mejore el equilibrio entre la vida laboral y familiar.

Los desafíos para el bienestar de los estudiantes son muchos y no hay soluciones simples. Pero los resultados de este estudio muestran cómo los maestros, las escuelas y los padres pueden suponer una gran diferencia.