“Todo educador sabe que tiene que dar algo de sí mismo... sería una educación muy pobre la que se limitara a dar nociones e informaciones, dejando a un lado la pregunta sobre la verdad, una verdad que puede ser la guía de la vida. El educador es un testigo de la verdad y del bien, que con sus debilidades y fallos tratará de ponerse siempre nuevamente en sintonía con su misión.” (Benedicto XVI)